procesador
Antes de nada, vamos a definir exactamente lo que es una CPU o un procesador. Como bien indican sus siglas en inglés (Central Processing Unit) es la unidad de procesamiento encargada de interpretar las instrucciones de un hardware haciendo uso de distintas operaciones aritméticas y matemáticas.
Para que lo entendáis, son como el cerebro de un ordenador,
capaces de leer e interpretar las señales que les manda el usuario a
través de los distintos componentes y resto de aplicaciones. Todo ello
en cuestión de nanosegundos y en código binario. También se encarga de generar información de salida en formato de vídeo a través de una pantalla o un monitor.
Características principales de un procesador
A
la hora de comprar una CPU, es importante fijarse en sus
características técnicas. Desde un principio, es bastante posible que
todo te suene a “chino” debido a que es una nomenclatura con tecnicismos
bastante complejos. De todas formas, aquí os dejamos un breve resumen
para que podáis hacer una compra más objetiva:
- Frecuencia de reloj.
Este primer término hace referencia a la velocidad de reloj que hay
dentro del propio procesador. Es un valor que se mide en Mhz o Ghz y es
básicamente la cantidad de potencia que alberga la CPU. La mayoría de
ellas cuentan con una frecuencia base (para tareas básicas) y otra turbo
que se utiliza para procesos más exigentes (para gaming, por ejemplo).
- Consumo energético. Es
normal que nos encontremos con CPU 's donde su consumo energético varíe
notablemente. Es un valor que se muestra en vatios (W) y como es obvio,
aquellos procesadores de gama superior, serán más propensos a consumir
más energía. Ante esto, es importante también contar con una fuente de
alimentación acorde a la potencia de nuestro procesador y tarjeta
gráfica.
- Número de núcleos. Con el avance de la
tecnología, ya es posible encontrar tanto procesadores de Intel como de
AMD que cuentan desde 2 hasta 64 núcleos. Estos cores son los
encargados de llevar a cabo multitud de tareas de manera simultánea sin
que el PC tenga que trabajar a “marchas forzadas”. Aquí depende también
mucho del uso que le vayáis a dar a vuestro ordenador. Si lo vais a usar
únicamente para tareas de ofimática, con una CPU de uno o dos núcleos
será más que suficiente. Aunque si ya queréis hacer streaming, jugar o
llevar a cabo labores de edición de vídeos, necesitaréis al menos
cuatro.
- Zócalo. Es el tipo de conector con pines o socket al que debéis conectar a vuestra placa base.
Es muy importante que os fijéis en este término, ya que de lo
contrario, podéis comprar sin querer una CPU que sea incompatible con
vuestra motherboard. Por ejemplo, las últimas de Intel suelen tener el
socket LGA 1200, mientras que las de AMD con Ryzen son AM4.
- Número de hilos. Dentro
de cada núcleo puede existir un hilo o core virtual, que tienen como
objetivo llevar a cabo otros procesos más pesados sin que el rendimiento
del PC o del portátil se vea afectado. Esta tecnología es lo que se
conoce como “hyper-threading”, un término que acuñó Intel, pero que a
día de hoy se usa indistintamente para cualquier marca.
- Memoria caché. A la hora de “recordar” cualquier tarea, el propio ordenador hace uso de la memoria RAM.
Sin embargo, a veces esto no es del todo suficiente y por tanto es
necesario que utilice la memoria caché de la propia CPU. Se caracteriza
porque se llega a ella de forma más rápida y puede ser tipo L1, L2 y L3.
Tipos de CPU: Intel vs AMD
Ahora que ya habéis conocido en profundidad las características y partes de un CPU, a continuación vamos a detallar los distintos tipos que existen. La verdad que este epígrafe da para bastante, sobre todo tras el lanzamiento de Ryzen a mediados de 2016.
Y
es que, desde hace una década atrás, Intel había copado prácticamente
el sector de los procesadores. Su máxima competidora, AMD, no había
conseguido hacerle una competencia firme. Sobre todo si tenemos en
cuenta que la gama ‘FX’ tenía el gran problema de sus desorbitadas temperaturas y consumo algo excesivo.
Todo ello sin decir que el mononúcleo de Intel,
siempre ha sido mucho más potente respecto AMD. Esta superioridad
tecnológica siempre la aprovechó Intel para disparar los precios de la
mayoría de sus procesadores de gama baja, media o alta.
Sin
embargo, a partir del 2016 todo cambió. AMD se dio cuenta por aquel
entonces que estaba perdiendo una cuota de mercado considerable. Aunque
fue a partir del auge de los Ryzen donde vio que de verdad podía ponerle
las cosas muy difíciles a Intel, tanto que, a día de hoy, AMD ha sido capaz de superar por primera vez en la historia a Intel.
En enero de 2021 la cuota de mercado internacional de los procesadores AMD Ryzen superó con un ajustado 50,6 % a la de los procesadores de Intel, que se quedaba en 49,4 %.
Esto ha confirmado la tendencia de los últimos años, acabando (por fin)
con el monopolio de Intel. En cuanto a la cuota de procesadores para
ordenadores portátiles, Intel sigue llevando la delantera debido a sus
acuerdos con la mayoría de marcas, algo que, sin embargo, puede ir
cambiando durante los próximos años debido al sorpasso en los procesadores de equipos de escritorio.
Las características técnicas se han igualado tantísimo que posicionarse en la lucha entre Intel vs AMD se ha vuelto tremendamente difícil. Algunos
apelan al precio, otros a la mínima diferencia de rendimiento, y otros
simplemente eligen por cuestión de afinidad de marca, tal y como sucede
con Nike Vs adidas, Pepsi Vs Coca-Cola o Real Madrid Vs FC Barcelona.
Cuanto más arriba de la tabla estén mejor será su relación potencia/precio.
Relación potencia/precio |
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Core i5-10600 6N/12H, 3.3-4.8 GHz | 227.15 € |
Ryzen 7 3800X 8N/16H, 3.9-4.5 GHz | 324.87 € |
Ryzen 5 3600X 6N/12H, 3.8-4.4 GHz | 243.04 € |
Core i9-9900K 8N/16H, 3.6-5.0 GHz | 323.39 € |